Domingo Alemán… Y un par de cosas más
Por: Vicereine
Paderborn amaneció bañada de sol. El cielo inmaculadamente azul, despejado, a lo mucho rayado por las estelas que dejan los aviones a su paso, pero que tras unos minutos desaparecen. Entonces Paderborn despierta lentamente y ahora es cuando me toca explicarles un domingo alemán…
Me he levantado tarde, primero que nada. De modo que a las 11 de la mañana moría de hambre. Mi primera intención fue ir al centro comercial que está cerca de aquí, quizá para comer una salchicha o en su defecto comprar huevos o algo y preparar mi comida, pues en casa tenía pan, queso y jamón pero ayer había cenado eso y hoy sólo quedaba una rebanada, así que de cena tendría que comer pan y queso y si tuviera huevos… otra vez pan, queso y huevos o huevos con jamón… y pan. (Sí, mi dieta está ahora basada en eso)
¡Pero el centro comercial estaba cerrado! En plan sin coches en el estacionamiento, todo apagado… Y es que aquí la gente no trabaja en domingo. Y de hecho, lo encuentro bien. Las horas que trabajan en la semana son realmente de trabajo. Nada de estar en facebook o platicando… no, horas eficientes de trabajo. Quizá, también, por eso trabajan hasta las 6 de la tarde. No es de extrañarse andar en el centro, en lunes y que los comercios empiecen a cerrar a las 6 o 7 pm. Una amiga de España y yo nos hacemos esa pregunta… Wohin gehen die Deutschen nach 6 Uhr? (¿A dónde van los alemanes después de las 6?) Todo un misterio… Supongo, a descansar. Porque aquí trabajo es trabajo, pero diversión es diversión.
Entonces, domingo por la mañana es día de ir a corer, de jugar fut, de ir a pasear en bicicleta con la familia. Es día de divertirse en el parque junto al río con los niños, de tiro con arco, pintura de caras, cubos de colores y para los más grandes, kayak en el río Pader.
Domingo también es día de fut. Bueno, los sábados igual. Puedes encontrar en los trenes a los fans que van hasta el estadio rival a apoyar a su equipo. Van bebiendo cervezas en el tren, en la estación, en el Straßebahn, en la calle… en el estadio casi no porque están los 90 minutos cantando porras. Eso sí, cuando cae el gol, llueve la cerveza. Literalmente.
Pero los fans que ven los partidos desde algún pub, van vestidos normales. Es decir, no llevan la camiseta del equipo… como lo haría yo. Pero ahí están, 7 alemanes reunidos en una mesa, comiendo pizza, pendientes de la pantalla y celebrando el gol con un único «Tor! sehr gut» y después, siguen viendo el juego tranquilamente. Claro en el estadio es otra cosa… y otra historia que ya luego os contaré con más detalle.
Regresando (mucho) a este domingo por la mañana, no tuve más remedio entonces que ir al Burger King cerca de la Universidad. Sólo tuve que cruzar un par de calles y ojo, aquí no se cruza la gente a media calle, bueno sí, pero es raro. Es decir, hay cada cierto tramo semáforos y semáforos peatonales, donde picas un botón verde, muy amable éste, que dice «bitte warten» (Espere, por favor) y luego te da una luz verde para que cruces sin problemas.
De lejos, creí que el restaurant de comida rápida estaba cerrado. Afortunadamente no era así y entonces entré y me dirigí a la caja a ordenar.
Aquí va otro paréntesis: la amabilidad. Siempre que voy a pagar ya sea en el supermercado, la librería, o cuando se te acercan los meseros, siempre te saludan con un cordial «Hallo». Y no es un Hallo seco, no, es uno melodioso, como si te conocieran o como si saludaras a un amigo por las mañanas «Hallo Violeta/ Hallo». Pido una Whooper y unas cosas empanizadas rellenas de queso y tocino (tenía mucha hambre) y, como en cualquier restaurant de comida rápida, te preguntan que si quieres no se qué más por sólo no se cuánto. Claro, aquí entendí que si quería mayonesa y capsut (te la cobran) que de cuántas piezas los bocadillos esos,»fünf oder acht?» «Ehm… fünf, bitte» (de 5 piezas) y bueno medio al azar dije «ja, nein, ja bitte, ja!» Nunca me preguntaron que si de coca la bebida pero me la dieron así, lo cual me dio gusto. «Me conocen», pensé. «Ah… Der Hamburger (Y no los de Hamburgo)… hmm… für tragen, bitte». Aclaro «tragen» es llevar, no «tragar». «Zu mitnehmen», me dijo la chica con una sonrisa. Correcto, bueno, ya aprendí el verbo correcto para pedir la comida para llevar.
Pagué y me hice a un lado esperando mi pedido. La cajera me dijo que las cosas esas con tocino tardarían un par de minutos, que si quería me sentara. Sorprendentemente entendí en automático. En partes, claro está «Die… bacon… minuten… willst… setzen» Ya un par de segundos, entendí la frase completa: «Die Bacon Cheese Roll dauert ein Paar Minuten mehr, willst du dich setzen?»
Efectivamente, un par de minutos después me dieron mi pedido y regresé al departamento a comer a gusto. El sol seguía resplandeciendo sobre Paderborn, sin embargo no quemaba, al contrario era un calor agradable. Era realmente cálido, como la gente.
Ahora que veo el ticket me doy cuenta que dije «sí» a eso de «por 2 € más papas y refresco grande» … Duh! Pero bueno, sorprendenetemente me comí todo, menos las papas grandes, que guardaré para la cena porque como hoy todo está cerrado, no tendré más remedio que cenar pan, queso y mi rebanada de jamón. Aunque hoy en la noche, habrá papas también.
Desde Paderborn, Alemania, con amor.