Estas últimas dos semanas han estado marcadas por encuentros con películas alemanas, de las que desde hace poco más de un año he empezado a hacerme una colección, puesto que es mi cine favorito.
Primero, el viernes pasado vimos en clase de análisis cinematográfico «Das Kabinett des Dr. Caligari», el clásico expresionista de 1920 dirigida por Robert Wiene. Con este film se inauguró una nueva corriente, bautizada como «expresionismo alemán» y que entre sus exponentes tenemos también «Nosferatu» (1922) de Friedrich Wilhelm Murnau y la impresionante Metrópolis (1926) de Fritz Lang.
Estas películas no sólo mostraban una estética elaborada y contrastantes escenarios, sino que se puede considerar como el inicio de la ciencia ficción el en cine, además de la implementación de trasfondos políticos y sociales (no mostradas explícitamente, sino integrada en cuestiones de la trama a manera de metáforas). Incluso, aunque es algo que nos pueda parecer ajeno y extraño, el expresionismo sigue vivo y el más grande ejemplo es Tim Burton. Punkte.
Ahora bien, hago un salto en el tiempo para ubicarme en la noche de hoy, que acabo de ver «Adiós a Lenin» (Good bye Lenin, 2003, Wolfgang Becker). Dicho film me lo habían recomendado dos muy buenos amigos, especialmente por ser una película alemana y que está situada en la dimensión espacial y temporal de la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana.
Aparte de ser multipremiada en Alemania y reconocida en en Europa y el mundo, la película tiene un soundtrack maravilloso, que desde el principio te conecta con la pasión de la trama. Yann Tiersen es el autor de algunas de las piezas que se escuchan e incluso podemos escuchar también «Comptine d’un autre été», muy conocida por el film «El fabuloso destino de Amelie Poulain». Les dejo el trailer de Adiós a Lenin a continuación.
Debo destacar que de por sí mi vida se encuentra marcada por una gran conexión con Alemania, pero hoy, al ver Adiós a Lenin, aparte de disfrutar un film con encuadres diferentes, recordé tanto Berlín y mi breve estancia por ahí. Desde la Alexanderplatz, los grandes edificios, el color del cielo y las calles hasta cosas pequeñas como ver una «Beck’s» en un Pub.
El mensaje final en la película es hermoso y cierto. Pude llorar y reír a través de los 121 minutos de duración, pero sobre todo, pude comprobar de nueva cuenta la fantástica fotografía alemana y la historia de su pueblo, una nación que, hablando de lo que es hoy en día, es relativamente joven. Recordé a una chica de Bonn que conocí en una estación de tren camino a Köln, en Alemania. Era 3 de octubre, día de la reunificación alemana y terminamos un par de amigas y yo acompañándola a ella y su amiga a Bonn (antigua capital de la RFA). La chica nos contó que ella tenía apenas poco más de un año cuando cayó el muro y que estuvo ahí, con sus padres, formando parte de la historia.
Creo que la capacidad que ha tenido el pueblo alemán para sobreponerse a tantas situaciones los hacen ser lo que hoy en día son. Alemania es más que cerveza y futbol, o empresas automotrices. Alemania es cultura e historia. En palabras de un amigo americano que estudia filología alemana «Alemania es el mejor lugar para aprender historia».
Invitación
Para todos aquellos que vivan en el puerto de Veracruz me es un placer compartirles la invitación por parte del grupo de alemán del centro de idiomas de la Universidad Veracruzana a su evento cultural de fin de semestre. Se mostrarán dos películas alemanas (ver póster a continuación) además de que se ofrecerá café y pastelería alemana, como parte de la tradición alemana Kaffee und Kuche.
Fecha por confimar
Fotogalería: Berlín-Bonn
Fotografía y texto por: Violeta Santiago
Twitter: @VicereineOezil